jueves, 1 de abril de 2010

Viviendo Memorias En Un Verano

En un mundo donde todo va deprisa, donde crecemos a lo alto, donde la comunicación es ya a nivel global, entre ruidos diversos, discusiones de gentes que van y vienen, taladros eléctricos destruyendo lo que ayer fue un paisaje vistoso lleno de vida, para lo que el día de mañana séra un colosal edificio, de dimensiones similares a otros más, por que similar? por que, en estos tiempos así debe ser ya no crecemos a lo largo de la tierra ahora, crecemos a lo alto como queriendo tocar el cielo con nuestros dedos, tener por vecino al sol y la luna, una nube incomoda que no nos dejara mirar, haciendo la gracia de tapar la maravillosa vista que compraremos.
Entre esta selva de asfalto, moustrosamente creciendo, no , no vemos las casas viejas que son grandes a lo ancho y largo, diminutas a lo alto a comparación de aquellos rascacielos, jamás nos detenemos, un instante a ver la historia que esconden esas puertas de madera, vieja por el pasar de los tiempos, pero echar por artistas anónimos, que hoy en día siguen vigentes cada vez que una puerta se abre y cierra.
En una casa contemporánea de esas que hoy, son estúpidamente demolidas para crear el progreso, hay una historia que sea crea por miles de pequeñas historias.
Un señor con un andar cansino, mas no fatigado, solo pausado como acariciando el tiempo, ve por la ventana de su alcoba, la calle donde ah vivido por años, ve ahora que los jóvenes están en sus casas entretenidos, por a tecnología, ve que el romanticimo va en decadencia, ve como la vida va muriendo.
-Oh años han pasado, la vida va muriendo porque la vida ya no es vida.-
Se le oye decir mientras que su fámula, cumple sus labores y con escoba en mano, solo ve al Señor mirar con ojos de desilusión.
-Señor, disculpe usted a vivido bastante, pero los tiempos cambian, el ayer no es igual al hoy.
- Te equivocas Jacinta, el ayer y el hoy son tan similares, solo cambia la fecha.
-Don Tomassino, que puede a ver de similar, si los jóvenes de hoy en día, ni un saludo saben dar.
-Talvez tengas razón, ven acércate a la ventana- haciendo una pequeña seña con el dedo índice le señala a donde mirar- Ve madre e hija peleando, eso siempre pasa, cuando uno es joven quiero libertad, quiero salir al mundo, el padre siempre nos impide salir por protección, pero al joven no le interesa y se dice a si mismo, yo no seré igual que tu, yo les daré todo a mis hijos, ¿pero sabes que pasa cuando te casas y tienes un hijo? .
Queda un minuto de silencio al no ver contestación Jacinta, que esta mirando por la ventana, el viejo se contesta.
-Te vuelves como el padre, proteges a tus crios, ellos al creer se te revelan como tú lo hiciste alguna vez con tú padre, es un cuento de nunca acabar.
- Ahora ve esa pareja, si se ven lindos en su amor propio, pero mira esa otra pareja que el amor se ha acabado, ella llora, el se lamenta, situaciones aun que tu no me lo creas en mis tiempos pasaban.
Jacinta ante las palabras del viejo Don Tomassino le queda una duda y no se hace esperar para expresar.
- De acuerdo Don Tomassino, usted dijo la vida va muriendo, y dice que todo esto se repite en cada época no entiendo lo que usted trata de decirme.
Don Tomassino, tomando aire, soltando un leve suspiro, gesticulando su mandíbula en forma pensativa
-Mira bien Jacinta, yo mencione la vida es similar, mas no igual, al referirme que la vida se va muriendo, por todo aquello, del ayer que hoy no esta.
No hablo de las casas, los ríos o montañas, hablo de las risas sinceras, el amor a flor de piel, la amabilidad, la cortesía, la locura de vivir la aventura de la vida.
Al terminar de decir esto el viejo se separa de la ventana camina hacia la puerta, dejando a su sirvienta pensando en lo dicho.
- Voy a salir a dar mi vuelta cotidiana, no tardo, llego a la hora de la comida.
Tomando su bastón de roble hecho, su sombrero de ala, corte italiano, en un elegante color beige, emprendiendo así su ya habitual recorrido, saluda a la portera del edificio de alado, llegando así hasta la esquina, doblando la misma , dirigiéndose a un puesto de periódico a comprar su diario, pasando la calle una escuela primaria, se queda mirando un instante, la sonrisa de aquellos pequeños, pasando calles y calles, llegando a una cofetería- con aroma añejo la primera cofetería del vecindario con mas de cincuenta años de tradición- Lugar donde las memorias de Don Tomassino son contadas una, otra y otra vez, entre café, partida de ajedrez, y los viejos amigos. Al terminar la merienda, la última jugada para el jaque mate, el viejo vuelve a casa, si una monotonía aburrida de todos los días.

Que mas puede hacer un señor de edad avanzada, si no, disfrutar lentamente día a día, viviendo en memorias, en recuerdos que no regresaran.

Todo parece normal, aburridamente normal, o talvez no, quizás hoy será diferente, despúes de su ya ritual de platica con su fámula, Don Tomassino, recorre esas calle de nuevo, pero hoy parece todo cambiar. La calle solas, pero vibrantes, la gente alegre esta con una expectación, poco usual, un sin fin de emociones, al llegar con su amigo el periodista se entera del gran suceso.
-Buen día Antonio, pero que pasa hoy se siente un habiente festivo pero con un ligero racimo de nerviosismo.
-Hey, que tal Don Tomassi, claro claro hoy es la final del football, nuestro equipó va por la copa
-Por eso tanto alarde
-Don Tomassi a usted no le gusta el football?
-Que si me gusta muchacho insolente. Yo jugué y fui de los mejores, que te crees que este viejo que vez parado frente a ti no tuvo infancia?
- No Don, discúlpeme yo lo decía con eso que a los viejos, esos juegos les son una tontería.
- Jaja ay jovencito tener arrugas, vista cansada y no caminar a trote no significa que sea viejo de corazón, si así como vez yo soy un jovenzuelo- dando pequeños golpes con el puño en su pecho, justo ahí donde el corazón late segundo a segundo. Con una sonrisa y mirada brillante.
- Don Tomassi le gustaría ver el partido aquí conmigo?, así me platica de sus años de jugador, mi televisor no es grande pero nos servirá- sacando de una caja un televisor portátil, mostrándoselo al viejo.
-Claro una invitación así, no le puedo rechazar
- Entonces no se diga mas, Don Tomassi por favor tome mi silla, pongase cómodo, cuide el puesto en lo que voy por los refresco y la botana, porque hoy todo corre por mi cuenta.

Toda la cuidad esta paralizada, todos o casi todos por no mencionar a los viejos cascarrabias o aquellos que son aburridos de la vida o se creen los seres mas elegantes y finos, están al pendiente del gran suceso, en las vecindades el televisor aun de la abuela funciona perfecto para el momento, en las fondas, restaurantes, cafeterías, bares, estan los televisores encendidos en el gran partido, que da satisfacción a sus comensales, familias reunidas en sus casas todos viendo la gran final, pero poco usual ver en una esquina un puesto de periódicos, con dos señores sentados en bancos de madera, atentos a un televisor portátil, calle vacía sin autos, sin gente pasar, el semáforo trabajando inútilmente porque nadie lo ve, un perro callejero se acerca a estos dos hombres solos en aquella esquina, solos no, acompañando a millones de personas en una espetactación, que solo un deporte como el football puede crear.

El partido arranca cargado de emociones, el equipo local sale luciendo su uniforme de una forma tan elegante, el equipo visitante no se queda atrás, salen los jugadores a la cancha, el abrazo formal de los directores técnicos, el himno nacional que enmarca el gran evento, la hinchada se crece, se canta los cánticos apoyando a el equipo, no falta quien se dirija al poder divino en una plegaria, aquel hombre que toma un sorbo de su cerveza para mitigar el nervio, el niño con los colores de su equipo en su cara, banderas ondeándose, gargantas desgarrándose, el silbato del arbitro hace saber que el partido ah comenzado, el primer pase se ha dado, la locura crece, la primera barrida del equipo rival, el primer robo del balón, la jugada crece, la defensa corre a defender su portería, la ofensiva va por todo, el primer tiro al arco y aaaaaaaaah, porterazo, atajadon, el partido trascurre en un mar de emociones vuelta en tormenta, el primer tiempo se acaba, el empate hace tomar al señor mas cerveza, el sudor y el aroma del habiente se confunden, el segundo tiempo empieza, todo sigue igual, ambos estrategas saben bien el juego, mandan a sus mejores hombres a la cancha, pases, barridas, tiros, cabezazos, atajadas, la emoción se siente, de pronto un tiro de esquina, un tiro centro, un remate y Gooooooooooooooooooooooooooooooooool. la afición se arremolina, brincan con mas estusiasmó, bailan y festejan, la parte opuesta llora, suplica a Dios el milagro, pero esperen parece que, Dios los ha escuchado, en una falta un tiro indirecto se ha marcado, el cobrador se prepara, ve con mirada de águila la portería rival se perfila, tira y Goooooooooooooooooooooooooooool,
el partido se ha empatado, oh Dios mío faltan cinco minutos para el final, no es apto para cardiacos, la final se va a tiempos extras, se juega con mucha rudeza, con hambre de ganar, los corazón de los aficionados, latiendo a mil por segundo, el tiempo se acaba, riiin riiiiing el arbitro marca el final. Oh penales ahora o nunca. los directores técnicos ven su lista de jugadores seleccionando a solo cinco de once jugadores, para cargas sobre ellos la responsabilidad de ganar o perder el campeonato, los ocho primeros tiros, cuatro por cada equipo han sido goles, marcador global cinco - cinco. El portero suspira mira al cielo en suplica que no llegara, por tantas suplicas que están llegando en estos momentos. Hoy Dios tiene mucho trabajo.

El tirador se perfila, arranca de una distancia larga, su pie toca el balón, el portero se lanza, la afición se petrifica en segundos, el balón sigue su viaje el portero no alcanza, es Gooooooooool.
Ultimo tiro del equipo rival, el portero hace movimientos de calentamiento, gira la cabeza, da pequeños, saltos, el tirador camina hacia el manchón penal, acomoda el balón con su manos, en forma devota, da pasos hacia atrás, el arbitro, checa que todo este en orden, alza su mano, la deja caer, señalando al frente a la vez que silva su silbato, tirador con toda decisión corre hacia el balón da un tiro con toda confianza, lleno de esperanzas, el portero se balancea , se avienta...

Todo el mundo se queda en silencio, el arbitro marca que no fue gol, el portero detuvo el balón, dando así la victoria, al equipo local, la fiesta es en grande, los fuegos pirotécnicos, iluminan la cuidad, el papel mache se deja caer llenando de color la cancha, la afición baila de contento es fiesta, es carnaval, la gente que vio el partido por televisión sale de sus casas, con alegría, por el triunfo obtenido, llenando de vida las calles, trompetas, cantos, claxon de autos sonando van, aclamando a sus héroes. Hoy la cuidad no duerme, es fiesta nacional.
En aquella esquina, dos señores, tomando sus refrescos, sin botana, emocionados por que su equipo gano, festejan en pequeño, analizando el partido, ríendose como dos chiquillos, siendo dos mas en la celebración nacional.
El viejo Tomassino, se despide de su amigo, emprende el camino a su morada, llegando, apenas abriendo la puerta su fiel sirvienta Jacinta lo reprende.
-Don Tomassino, donde ah estado usted, ya vio la hora, estaba con el Jesús en la boca...
-Calla mujer todo esta bien, me quede con un viejo amigo, disfrutando de un partido de football.
-Ah vaya, ahora el señor se cree niño chiquillo,¿no?
- Jaja ay Jacinta Jacinta...

Camina a su recamara, riéndose del día vivido, ¿será que esta pequeña travesura, es el inicio de algo nuevo en la vida de Don Tomassino?

Continuara...
Marth.

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